Scotty Mann 1972-2011
El 1 de marzo de 2011 fue un día muy triste, tal vez el más triste que hemos tenido en la historia de Surefoot. Scotty Mann, nuestro amigo y colega durante más de 16 años, falleció trágicamente en una avalancha en Crans Montana, Suiza. Estaba esquiando en su montaña favorita, Mont Bonvin, un lugar donde había esquiado muchas veces antes. Scotty no era imprudente ni insensato en sus acciones, siempre cauteloso; sin embargo, era un buscador de emociones. Era el administrador de Surefoot Verbier en Suiza. También había trabajado en Whistler, Vail y Crans Montana desde sus inicios con Surefoot hace 16 años. Si bien sabemos que murió haciendo algo que amaba y que era el lugar donde quería estar, sigue siendo una gran pérdida para Surefoot así como para sus amigos y familiares. Como Bob Shay dijo: "Dicen que no se trata del destino, sino del viaje, creo que tuvo un buen viaje. Hubiera deseado que el destino no llegase tan pronto."
Descansa en paz, Scotty
Esquiador Aventurero Muere Haciendo Lo Que Amaba
Por Tony Loraro - Ciudadano de Ottawa
Un ávido esquiador de estilo libre, Scott Mann estuvo a punto de morir en dos oportunidades anteriores en avalanchas en ReveIstoke, B.C. y Crans Montana, Suiza.
Mann sobrevivió en ambas ocasiones, movido por la adrenalina de esquiar en montañas que a menudo otros esquiadores no se atrevieron a pisar. Le encantaba la velocidad de una carrera cuesta abajo y la sensación de peligro inherente a esta. Sus amigos dicen que no era imprudente ni insensato en sus acciones. Era siempre cauteloso, pero un incansable buscador de emociones. El 1 de marzo, Mann estaba esquiando en su montaña favorita, Mont Bonvin en los Alpes suizos, con su novia, Karolina Ekman. Habían completado un exitoso primer recorrido en la montaña que alcanza casi los 1000 metros. Fue en el segundo recorrido que ocurrió la tragedia. Mann bajó primero y fue arrastrado por una avalancha en cascada que tenía 50 metros de ancho y 700 metros de largo. Nunca tuvo una oportunidad de sobrevivir.
El ex residente de Ottawa de 39 años de edad murió en la montaña. Ekman, también una consumada esquiadora, bajó después de Mann. Estaba vivo, pero apenas respiraba. Ella no estaba en condiciones de ayudarlo y una ambulancia aérea lo trasladó luego a un hospital. Sus padres creen que su hijo fue aplastado por el peso de la nieve y murió por lesiones internas. Nada ni nadie lo podría haber disuadido de intentar esquiar en las grandes montañas de Europa o Canadá. Su padre Tom dijo que su hijo "vivía para esquiar" y era como un gato con nueve vidas que siempre llegaba a los límites del esquí de aventura.
"No era feliz a menos que estuviera esquiando", dijo su hermana, Jennifer, también una ávida esquiadora. Su madre Ivy se preocupaba por la afición de su hijo por esquiar al borde y, a menudo le suplicaba que se detuviera.
"El verano pasado le dije: 'Me gustaría que dejaras de esquiar esos horrendos recorridos porque vas a volver a casa en una bolsa para cadáveres'", dijo Ivy. Pero Mann fue filosófico acerca de su amor por el esquí de aventura, al decirle a su madre "si es mi hora, es mi hora".
Un atleta versátil, Mann disfrutaba del fútbol, ??el baloncesto, el golf y el esquí cuando era adolescente. Nacido en Ottawa, Mann asistió a Brookfield High School y a Glebe Collegiate, y luego pasó a la Universidad de Carleton, donde obtuvo una Licenciatura en Derecho. Pero una carrera convencional no tenía ningún atractivo para él. Hace 16 años se mudó a Whistler, luego a Vail y, finalmente a Verbier, Suiza para administrar una tienda al por menor para Surefoot, una empresa internacional de botas de esquí personalizadas.
Con Surefoot, podía trabajar seis meses al año y luego tener tiempo para esquiar y viajar. "Estoy orgulloso de la forma en que vivió", manifestó Ben Healy, un amigo de la escuela secundaria.
Dijo que Mann estaba enamorado del estilo de vida del esquí y de la gran comunidad de esquiadores que merodean por los resorts y saltan a las pistas.
"Se trataba de un estilo de vida del cual era difícil alejarse; ese estilo de vida hacía eco en él. Para algunos de nosotros es una decisión fácil de tomar, pero aún tengo amigos en Whistler que todavía no han encontrado nada tan significativo como lo que lograron encontrar en Whistler. Es solo una existencia placentera", dijo.
Otro amigo de la escuela secundaria, Jay Bond, señaló que Mann amaba lo que hacía.
"Sin duda es una tragedia, pero murió haciendo algo que amaba. Nunca cuestionaría eso para alguien que estaba preparado y seguro de eso", indicó Bond.
"Tenía un gran sentido del humor y una gran personalidad. Tenía ganas de vivir y un ingenio que era muy obvio y atraía de inmediato. Era muy, pero muy divertido", dijo Bond.
Bond señaló que Mann no era un temerario pero que sí disfrutaba del esquí alpino extremo.
"Obviamente, amaba seguir haciendo cosas en la colina de esquí y no hablaría de deportes extremos, pero le gustaba la emoción de conquistar algo. Definitivamente tenía muchísimo sentido común para probar cosas que otros ni siquiera consideraban", añadió.
"No creo que fuera imprudente, solo era algo que le gustaba hacer y lo hacía feliz"
Su madre contó que habló con su hijo una semana antes del accidente y dijo que estaba encantado con su nueva novia.
"Dijo 'En realidad, ella esquía mejor que yo y eso es increíble', mencionó Ivy, quien agregó que habían estado saliendo durante unos seis meses.
Mencionó que su hijo y Karolina planeaban un viaje a Noruega a finales de abril y tenía la esperanza de hacer un documental de su viaje de esquí. Señaló que Karolina continúa recibiendo ayuda psicológica después de ver morir a Mann en la avalancha.
El 28 de mayo se celebró un servicio conmemorativo en Ottawa Hunt y Golf Club. Las cenizas de Mann fueron esparcidas en las montañas de Verbier y Crans, Suiza, Whistler-Blackcomb, B.C. y Mont Ste. Marie, Que.